✨ Baño de altura con alma japonesa

Una antigua leyenda japonesa cuenta que los dioses Izanagi e Izanami, tras crear las islas del mundo, descendieron a la tierra y encontraron manantiales de aguas cálidas emergiendo entre las rocas. Se dice que esos lugares, más allá de aliviar el cuerpo, también curaban el alma. Así nacieron los onsen: baños termales sagrados donde el agua conecta con lo invisible.

Siglos después, en lo alto de una colina a 700 metros de altitud, el Hottarakashi Onsen conserva esa esencia. Rodeado de naturaleza, ofrece una vista inigualable del Monte Fuji y un espacio de silencio profundo. Las piscinas al aire libre se llenan con aguas minerales a temperaturas entre 40 y 42 °C, ideales para relajar los músculos y calmar la mente.

🌡️ Temperatura del agua: entre 40 y 42 °C

Por la noche, el cielo se cubre de estrellas y el vapor envuelve el cuerpo como un susurro cálido. No hay más sonidos que la respiración tranquila y el murmullo lejano de las montañas. Es un momento para detenerse, soltar el peso del día y simplemente estar.

Al amanecer, la experiencia continúa. Un sendero atraviesa un bosque de cedros milenarios y conduce hacia una forma diferente de bienestar: el shinrin-yoku, o baño de bosque.

El aroma de la tierra húmeda, el musgo, el canto de los pájaros. Cada paso invita a volver al presente, a observar con atención, a respirar con calma. No es necesario hacer nada. Basta con permitir que la naturaleza nos reciba.

🌿 A veces, la transformación comienza cuando el mundo se aquieta.