Provenza: secretos perfumados, cocinas antiguas y leyendas

Provenza: secretos perfumados, cocinas antiguas y leyendas
Hay un rincón del mundo donde el viento huele a lavanda, los pueblos se visten de ocres suaves, y los mercados susurran promesas de pan recién horneado.
La Provenza no es solo una región del sur de Francia. Es una forma pausada de mirar, de percibir aromas, de vivir. Es un perfume que se queda en la memoria y una luz que acaricia las piedras antiguas.
¿Sabías que…?
- El canto de las cigarras acompaña las siestas estivales desde hace siglos.
- En lugares como Sault o Valensole, la lavanda aún se cosecha a mano.
- Hierbas como el tomillo, el romero y la salvia crecen libres en los caminos.
- En Aix-en-Provence, la miel se clasifica por su aroma: lavanda, castaño o flor de naranjo.
Y si seguimos el rastro de los aromas… llegamos a Grasse
Considerada la capital mundial del perfume, Grasse es cuna de las fragancias más refinadas del mundo. Allí se forman los nez, expertos capaces de identificar más de 3.000 notas olfativas. Las casas históricas como Fragonard, Galimard y Molinard permiten al visitante crear su propia fragancia.
Para conseguir un litro de esencia de rosa de mayo se requieren más de 1.000 flores. El jazmín, la lavanda, el nardo, la mimosa y el azahar son las esencias más tradicionales de la región.
Provenza también es cuna de talento y visión
- Paul Cézanne, pionero del arte moderno, nació en Aix-en-Provence.
- Nostradamus, el astrólogo y médico del Renacimiento, nació en Saint-Rémy-de-Provence.
- Émile Zola, figura clave del naturalismo, creció entre paisajes provenzales.
- Garibaldi, héroe de la unificación italiana, nació en Niza cuando aún pertenecía al Reino de Cerdeña.
- Vincent van Gogh pintó más de 300 obras durante su estancia en Arlés y Saint-Rémy, profundamente inspirado por la luz provenzal.
Pero hay un puente invisible que une los perfumes con los sabores: los mismos ingredientes que perfuman, también nutren.
La cocina provenzal utiliza la lavanda, el romero y la flor de azahar tanto como los perfumistas. En postres, aceites, carnes e infusiones. La Provenza se saborea igual que se respira: lentamente, con todos los sentidos despiertos.
¿Deseas experimentar esta tierra con todos los sentidos?
Descubre un curso de creación de perfumes en Grasse, la cuna de la perfumería francesa.